¿Cómo me enfrento a las lesiones?
Las lesiones, por suerte o por desgracia, forman parte de la vida de cualquier deportista. Repito: CUALQUIER DEPORTISTA. Esto incluye, cualquier deporte, sí eso es: CUALQUIER DEPORTE. Da igual que seas jugadora profesional de petanca que corredor de maratones: siempre (o casi siempre) habrá lesiones si hay intensidad en la práctica del ejercicio.
Sin embargo, y a pesar de conocer los riesgos que entraña practicar deporte, ¿por qué nos sigue afectando tanto el tiempo de lesión? Aquí no vale aquello de “sarna con gusto no pica”, ya que en el deporte, una lesión puede dañarnos no solo una articulación, también el ánimo.
Esto sigue una lógica muy simple: si tengo pasión por un determinado deporte me va a afectar no poder practicarlo. No poder entrenar. No poder jugar. No poder sacrificarme por el equipo… cualquier deportista que haya sufrido una lesión sabe de lo que hablo.
Y llegados a este punto, suelto la pregunta: ¿cómo me enfrento a las lesiones? En mi opinión existen dos maneras en las que puedes enfrentarte a una lesión:
- La manera en la que la lesión ocupa tu cabeza.
- La manera en la que tu cabeza se ocupa de la lesión.
En la primera manera, que es la más sencilla, ya que no hay que hacer nada (NADA), permitiremos que nuestra vida gire en torno a lo más negativo de la lesión: la inactividad, la falta de ejercicio, el desánimo, la falta de esperanza recuperarse…
Sin embargo, con la segunda manera, la lesión seguirá estando ahí, pero le podremos encontrar un sentido. Sé que esto puede sonar demasiado positivo en momentos en los que una lesión le gana el pulso a la cabeza pero… ¿y si pudiera aprovechar la lesión para continuar mejorando?
La clave siempre está en cómo vemos las cosas. Siempre hay dos opciones: dejar que una lesión me gane, o seguir evolucionando con la lesión. El esfuerzo de la rehabilitación y de la recuperación de las lesiones casi siempre está enfocado a la articulación dañada pero… ¿y si mientras me recupero mejoro aspectos de mi juego que puedo mejorar? Cuando Kobe Bryant se rompió su mano derecha, se le pudo ver entrenando y practicando el tiro de su mano izquierda. Victor Oladipo tuvo una dura lesión la temporada pasada en su pierna, y a los pocos días de haber recibido cirugía se encontraba tirando desde una silla a canasta. Podría seguir poniendo miles de ejemplos pero siempre llegaría a la misma conclusión: las lesiones pueden ayudarte a ser mejor, son baches en el camino que podemos convertir en oportunidades para evolucionar y seguir creciendo, tanto como personas como jugadores.
Además, es especialmente importante continuar ligado al deporte mientras se está lesionado, no perder la rutina de partidos/entrenamientos siempre que la recuperación lo permita. Y realizar trabajo específico centrándonos en la recuperación mientras nuestro equipo continúa entrenando. Esto no siempre es fácil, pero se puede llegar a profundizar aun más si cabe en el deporte que practicas si cuando no puedes practicarlo te dedicas a observarlo.
Siempre se puede mejorar. Nadie es tan bueno como para no poder seguir creciendo… incluso estando lesionado.
José Nogueiro,
Coordinador deportivo. Psicólogo de la Escuela